Hace un par de días sentí la extraña sensación de que la realidad no lo era como tal. Una casualidad ocurrió a mi favor, y pensé que era demasiada casualidad. Tampoco creo en el destino. Me invadió una nueva visión, un sentimiento de que nada era real, que yo estaba muerta y me encontraba en el purgatorio, donde todo es controlado. Cruzaba la carretera y me preguntaba, si me quedo aquí parada, ¿qué ocurriría? Me acordé inevitablemente de aquella vez, cuando yo tenía unos diez años, que crucé en rojo porque un misterioso hombre me dijo "ya puedes cruzar". Yo obedecí sin más, a pesar de que venían varios coches, y todos pararon y me pitaron pero yo no me inmuté. Puedo decir que es la cosa más rara que me ha pasado nunca. Y me dije a mí misma, ¿y si aquello tampoco fue producto del azar? Entonces intenté rememorar las veces que he estado a punto de morir, que desgraciadamente no ha sido una sino dos o tres - según el punto de vista -, amén de varios proyectos de atropello por parte de simpáticos conductores. ¿Y si ya estoy muerta? ¿Y si mi vida actual es una ilusión que solo trata de compensarle a mi alma mi prematura muerte?
Pero hoy, a pesar de que esos pensamientos fueron muy poderosos, ya no creo eso. Ahora me siento más viva que nunca, porque no voy con temerosa impasibilidad, sino que me siento tan agotada que solo puedo pensar en la muerte, que claramente aun no me ha llegado. Hacía mucho que no me sentía así. Qué tonta fui, pensando que todo iría bien, que yo mejoraría y no sería para mí un cáncer esta personalidad que padezco desde que tengo memoria. Me veo acorralada, y ante eso mi bajo psicoticismo hace que me paralice; pero es un estado tan ahogante y desgarrador que no quiero continuar con ello. Y se me acabaron las opciones, las oportunidades, las ilusiones de toda una vida que ha llegado desgraciadamente a su ocaso y busca esa muerte prematura que he estado previendo desde hace varios meses. Pensaba que sería un tumor cerebral. Quizá ese tumor es metafórico, porque soy yo la que se boicotea desde dentro. No estoy preparada para afrontar lo que está por llegar.
Hoy es el décimo aniversario de la muerte de George Harrison. Lo envidio porque él estaba preparado para la muerte, se preparó para dejar este mundo de forma que en sus últimos momentos brilló como nunca; yo, a pesar de que la deseo fervientemente, tengo miedo y no puedo, voy a estar atrapada para siempre, a no ser que alguien me sacrifique como a un pobre perro desgraciado e inválido.
"El harakiri era una práctica común entre los samuráis, que consideraban su vida como una entrega al honor de morir gloriosamente, rechazando cualquier tipo de muerte natural. Por eso, antes de ver su vida deshonrada por un delito o falta, recurrían con este acto a darse muerte." - Wikipedia.